INTRODUÇÃO
Histórias de Vida foi o primeiro Projeto da Associação Mulher Migrante em terras da Argentina. Com ele pretendia-se homenagear as mulheres da diáspora nos novos mundos que desbravaram de forma tão corajosa. São um testemunho precioso para a compreensão do fenómeno migratório no feminino, naquilo que ele tem de mais profundo e intimista. Através destes relatos, simples, genuínos, obtivemos a grande dimensão desta longa, contínua e imensa caminhada por novos mundos.
Cada historia de vida é, por si só, intensa na carga emocional que dela emana. Nelas estão presentes momentos especiais, os mais emocionantes, os mais marcantes, da vida de cada viajante.
Juntando as várias estórias, poderemos obter uma narrativa global, preenchida por sentimentos e vivências que identificam a trajetória de vida das mulheres da diáspora. Elas foram e são as verdadeiras heroínas desta narrativa da emigração.
Em todas as histórias podemos deparar com os mais variados sentimentos: expectativa, esperança, medo, angústia, mas é comum nelas o desejo de proporcionar harmonia familiar e uma vontade imensa de vencer e ser feliz. Como muitas referem, enfrentar as adversidades por mais duras que fossem, permitiu-lhe saborear as vitórias com outro sabor. A valorização do colectivo, expresso nas associações que ajudaram a erguer e a vingar, permitiu-lhes amenizar o desafio que é viver num país estranho. Mas em todas está subjacente o sentimento - peculiar do povo português, povo de partida que sonha com a chegada - a saudade pela família, pelos amigos, pelo país que deixaram e que permanece sempre no seu imaginário. Ele continua sempre presente e a forma de o manter vivo foram e são as iniciativas que as mulheres organizaram e ainda organizam para perpetuar a sua língua, os costumes, e as tradições portuguesas. Graças a elas, a identidade do país que nunca esquecem, permanece e perpetua-se nas gerações seguintes44
Arcelina Santiago
SABORES E OLORES QUE PERDURAN NA MEMORIA
Arcelina Santiago
SABORES E OLORES QUE PERDURAN NA MEMORIA
Lentamente abri el “papel de manteca” con el que un mes antes había envuelto al “bolo de mel” recién horneado.
La Natividad había llegado y estaba listo para llevarlo ala mesa y compartirlo com mi família.
Eso color oscuro que le daba la miel de caña y el aroma de las especias, que al abrir el papel podá oler y percibir, hicieron que mis recuerdos me llevaran a mi infancia.
Habiamos llegado de Portual, más precisamente de Madeira, dejando todo o casi todo, nuestros abuelos, tíos, primos, nuestros vecinos, la casa, la “ribeira”, las montañas, el mar, que desde esta orilla parecia que nos separaba aún más.
Muchas veces había oído decir a mamá – si no fuera por el mar volvería caminhando.
Tal vez para mitigar tanta “saudade” mamá sempre hablaba de Madeira y papá contaba historias a veces fantásticas que nosotros los chicos escuchábamos com tanto interés como el mejor cuento de la literatura.
Pero lo más cercano, lo “palpable” de los recuerdos, era la cocina.
Hoy fue fácil para mi conseguir la miel de la caña para el “bolo de mel”; pero recuerdo a mamá caminhando y perguntando por todos los negócios posibles en su “portuñol”: “Tiene miel de cana?”
Y su cara de desencanto cuando le respondían – No, no hay. Será difícil conseguir por aqui.
Hasta que un día alguien le dijo – En la feria de Liniers, ( hoy desaparecida) casi seguro podrá conseguirla.
Desde esse día no falto el “ Bolo de mel” en nuestra mesa de “Natal”.
Lo compartíamos com nuestra família y nuestros compatriotas que venían a saludarnos y como alguien dijo alguna vez “ por una escassez de família éramos todos primos”.
Junto com el Bolo (que como en un ritual se cortaba com la mano) se servia – a falta de vino Madeira – una copita de vino dulce y se brindaba por la salud de todos los presentes y de los que quedaron allá del outro lado del Atlántico y por el deseo íntimo de volver algún día.
También cocinaba “as broas”, unas masitas de miel com las que esperaba a los amigos portugueses y parientes que por no saber ler ni escribir, le único contacto com sus seres queridos era a través de las cartas que mamá escribía respondendo a las que le traían para que les leyera.
Cuantas lágrimas he visto derramar sobre la mesa del comedor de mi casa!Algunas veces de alegría, mirando alguna fotografia que acababan de recibir, de un bebé recién nacido o el casamento de la nena que habían dejado años atrás jugando com muñecas y hoy convertida en mujer- Otras veces de tristeza por quien partió y ya no volverán a ver, quebrando para sempre la ilusión.
Muchas veces, como un acto de respeto, tan común en el Pueblo português, le entregaban a mamã sus próprias cartas sin abrirlas, depositando en ella toda su confianza. Y yo veo a mamá com su tijerita de recortar los bordados abriendo esas cartas y la mirada ansiosa de su portador.
Hoy pienso en esa solidaridar de mamá y cobra la dimensión real de esse valor. No había outra alternativa de comunicación, de manterner los lazos y las raíces vivas de quienes partieron y quienes quedaron a la espera de noticias y ciento un gran orgullo por ello.
Siempre fue la comida la que tenía el poder de transportarnos, la de hacernos sentir que Madeira no estaba tan lejos. El “bacalao” y el “grão de bico” que ponía a remojar la noche anterior para la Semana Santa. La “caldeirada” para quitarnos el frío en las noches de invierno. El Cocido a portuguesa que llevaba casi una semana prepararlo porque mamá dejaba en sal las carnes de cerdo, que le daba un sabor increíble. Hoy siento que era un sabor increíble… porque cuando era niña quería comerlo.
Cuánto daría por tener a mi mamá cocinando para mi esse “cocido a portuguesa”, el bolo o el bacalao de Natal!...
Y el vino!... Lo veo a papá llegando a casa com un cajón de uvas y, nosotros prévio lavado de pies, pisando uvas en un intento de hacer vino, tal como lo hacían en Madeira, despúes de la vendimia. Para ello, se reunían en casa de compadre, del cuñado e en la própria, convertido en un día de fiesta y solidaridad para hacer el vino. Que luego guardaban como el más preciado de los tesoros en sus bodegas.
La cocina fue y es aqui en Portugal para nosotros portugueses, tal vez, la excusa más importante para reunirnos.
En Portugal “as desfolhadas” cuantos parientes , vecinos y amigos se reunían a deshojar las parras para que las uvas maduren más rápido, “a morte do porco” (la matanza del cerdo) que habían engordado y le darían la carne y susu derivados para todo el año. La cosecha de la uva, la elaboración del vino.
Si me remonto más atrás aún, la molienda del trigo en el molino de mi abuelo…
Aquí en Argentina, en nuestras instituciones nos reunimos y revitalizamos no solo nuestra cultura culinária, sinto también nuestro idioma, nuestra idiosincria, mantenernos vivas nuestras tradiciones y la gran excusa es la COMIDA! Es un bagaje de Saudade que transportamos en nuestra memoria y contcta con nuestras raíces, se expande y envuelve com sus aromas y sabores, no solo a portuguesa, sino como era un acto de agradecimento por la hospitalidade y generosidade de esta tierra a nuestros hermanos argentinos, haciéndolos partícipes de esos sabores y olores que invades nuestro corazón y nos llena de dulce nostalgia.
- Abuela, cuándo vas a traer el bolo?
La vocecita de mi nieto me trajo outra vez de vuelta a mi presente. Lo miré sonriendo y penseé… La vida continúa como continúa nuestras tradiciones y costumbres apuntalándonos con lazos indestructibles.
Katryna
Reseña de vida DE MARIA DE LURDES VAS GERALDES
Estimados leitores: cuando lena estas líneas, podrán dimensionar lis sentimientos, la angustia y las necesidades que debe sufrir un ser humano que decide emigrar para un país desconocido.
Son pocos ( y no és mi caso) aquellos que transladaron sus vidas y la de sus seres queridos y en poco tiempo conseguiron mejorar su situación sócio-económica. Lá gran mayoría de los inmigrantes fueron recluidos pará-los peores lugares de trabajo, con indigna remuneración, pésima vivienda y ningún tipo de asistencia estatal.
Solo nuestros brazos consiguieron que la comunidad portuguesa, en cualquier lugar que habite de la Argentina, sea un ejemplo de laboriosidade y progreso.
Aquí voy a relatar mi história que parece un triste invento pero és realmente la história de mi vida en la Argentina.
Partimos de Portugal en el día 10 de diciembro de 1950 a bordo del vapor "Entre Ríos", mi padre Eduardo Vaz y mi madre , Gloria Geraldes, mi germano Manuel, de 11 años, y Maria Concepción de 6 años. El viaje fue normal, a pesar de la falta de costumbre.
La esperanza de un menor porvenir nisso empujó para estas tierras, donde llegamos el 25 de diciembre de 1950. Aquí nos esperaba un tío de mi madre que había insistido para que nosotros hiciéramo el viaje.
En pocos días, conocimos nuestra primeira gran tormenta en esto suelo encantado, nos trasladábamos en tren pará-la ciudad de Zárate y de allí durante una noche tormentosa y triste nos llevaron en lancha hasta , lo que más tarde supimos que eran , las "Islas del Paraná de las Palmas".
Todavia sin recuperarnos del interminable viaje por mar, estábamos submergidos en un río tenebroso, turbio y profundo. En una de las islas de eso río vivimos muchos años, los años más penosos de mi vida y de mi família. Al início fuimos recibidos con bastante amabilidad por la família de mi tío, dueño de aquella isla de cerca de 120 hectares, en la cual también habitaban en sítios mas distantes, sólo dos familiares mas.
Al día siguiente fuimos para una típica casita isleña , a cuarenta metros del río, edificada sobre estacas de madera de três metros de altura. Fue muy novedosa la casa, pero en el transcurso de los días descobrimos la razón de su altura: ese río , que parecía largo, a veces crecía y sus olas embravecidas llegaban hasta la entrada de nuestra casa, perdida en esse infinito líquido! Además de eso, cuando el río estaba bajo, nos rodeaba una frondosa selva, con cañaverales y matorrales que albergavam diversas espécies de animales , todos ellos selvajes y peligrosos, claro que más tarde lo comprobaríamos.
En nuestra llegada sólo faltaba conocieron cual seria nuestro trabajo y digo nuestro trabajo porque nadie de nuestra família quedo excluído: la actividad era la tala de árboles de la selva y el cavado de las zanjas ( espécie de arroyos) para que las canoas ingresen y recojan la madera obtenida en la tala.
Es preciso decir que nunca recibimos retribución alguna en forma de dinero, el cual no conocíamos, sólo aquellos alimentos básicos que nosotros no podíamos cultivar en la huerta ocasionalmente algunas alpargatas, que aprovechábamos hasta desharcerlas. Todo esto de anotado como deuda personal a favor del dueño de la isla.
En los três años que duró está pesadilla, no conocíamos ninguna escuela, ningún negocio, ni un hospital que pudiese satisfacer nuestras mínimas y básicas necesidades; al punto que mi hermana Maria tuvo un accidente , pues una astilla se incrustó en un ovo, y tuvo que ser atendida con miel casera, sin asistencia médica ni medicamentos, mediando la buena voluntad de Dios para sanar sin quedar sequelas graves en su vista.
Así vivimos, en virtual estado de esclavitud , rodeados de animales selvajes y de seres humanos indignos de ser llamados de esa forma, sin abandonar ni un solo día aquella casa y desconociendo la civilización.
En esa altura mi padre agotaba su paciência y sus esperanzas de mejorar nuestras vidas. Por lo tanto cierto día se contacto con un habitante de outra isla que pasaba en canoa por el río y que lo ofrecío llevarle de las islas para la cuidad de Zárate, donde un matrimônio intentaría contactar a mi padre con unos primos, provenientes de Aguas, su tierra natal y que vívian en la cuidad de Moreno (Província de BuenosAires)... Mi padres les contó el estado de nuestra família: no teníamos ropa, ni calzado, solo teníamos trapos que mal a mal nos cubrían el cuerpo. Con piedade de nuestra situación, esta buena gente nos dio zapatos y algunas prendas, que cuando mi padre regreso a la isla inmediatamente vestimos, repletos de alegría infantil por ese presente prodigioso.
Poco duró la alegría ... Cuando el sinistro personaje, dueño de la isla, descubrió nuestras vestimentas, castigó a mi padre corporalmente con un fuerte azote, por haber osado dejar la isla sin su consentimiento y por temor a que otras personas pudieran contorcer nuestra situación.
Como nosotros no teníamos ninguna embarcación, ni combustible, ni agua potable, solo usábamos el água del río, cargada de resaca de animales muertos y basura, el dueño de la isla quiso saber el origen de sus ropas y el calzado. Entonces para conseguir información el patrón dio alcohol a un vecino que embriagado contó todo. Desde ese momento nuestra situación emperó al punto de correr riesgo nuestras vidas y entonces mi padre decidió llamar un barco que transportaba arena y que piadosamente nos llevó a Paraná de las Palmas y de allí fuimos en tren hasta Zárate. En esa cuidad nos encontramos con la gente que nos había ayudado y percibí, con mis doce años, mi indigencia: descalza, con poca ropa, marginada de la civilización, llena de angustia y temendo outra vez por mí destino.
Mas tarde nos encontraríamos en la Delegación de la Policía de Zárate, denunciando los daños físicos recibimos por el brutal castigo que le dieron a mi padre. De allí, comenzamos a vivir nuevamente, está vez en Moreno, cuidad de la Província de Buenos Aires. Nos recogieron los primos de mi padre,que curaron nuestras heridas físicas y espirituales . Fuimos tratados con cariño, con respeto y lentamente establecímos nuestro contacto con la sociedad.
Al cabo de tres años con mucho esfuerzo y con el apoyo de esta família, conseguimos adquirir nuestra propria quinta de verduras, en Villa Santiago Luis, cuidad de Florencio Varela.
Allí, instalamos nuestro hogar y pasado un tiempo Manuel, Maria y yo , nós casamos y fuimos construyendo nuestros destinos. Por el año 1961, me case con Manuel Paulo y tuve dos hijos, Adrián y Miriam. Conseguí ordenar definitivamente mi vida, temer paz, casa propria, un negócio propero que permitió brindar a mis hijos y que yo no tuve: educación, confort y seguridad. Había sufrido por demás, pero mi buen temperamento y esa fortaleza que a veces no sabemos que tenemos, hicieron que recuperara mi alegría y que pudiera concretar mis anhelos y proyectos personales.
Pasaron los años, ya tenía mus hijos adolescentes,y nuevamente la vida me enfrentaríamos otra prueba dolorosa.
Era el año 1982 y mi hijo Adrían, se alistava para cumplir con el Servicio Militar, en la aeronáutica , con destino a Rió Gallegos, en el sur de la República Argentina. Nada hacia suponer que a princípios de abril de ese año, entraríamos en conflito bélico con Inglaterra, por las Islãs Malvinas. Por ende, eso fue lo que aconteció, la Junta Militar así decidió, y mi hijo reclutado en el Sur, desembarcó en Malvinas, el día 1 de mayo de 1982.
Al principio nos alentaba la ilusión de que las tropas inglesas no llegarían, por falta de interés inglês...pero la realidad fue otra, y a pesar de las mentiras oficiales, fuimos conscientizados de la gravedad de los actos: " los ingleses habían llegado y los enfrentamientos eran fuertes y sangrientos ". Mas tarde supe que mi hijo había entrado en combate. En uno de los bombardeos que sufrió su grupo, sobrevivieron pocos soldados y quiso Dios que él fuera uno de ellos. Dios también me ayudó a resistir mi agonía...no me consolaba la idea de "gloria final" que nos mentíamos, sólo sentía una desesperación sin límites... Adrián volvíamos a lá base militar de Río Gallegos el 20 de junio de 1982 y despúes supe que fue atendido por médicos ingleses y que alguien había imitado su voz para decirme que estaba bien, pero yo en essa altura ya lo hubiese percibido...
El 28 de julio de 1982, vivimos unos días inolvidables, mi hija Miriam hacia 15 años y Adrián regresaba a casa, por fin. És difícil describir el recibimiento de amigos, vecinos y hasta desconocidos que circulaban por la Avenida 12de Octubre (avenida importante de la cuidad de Quilmes), que adherían al regresso de estos soldados héroes de Malvinas. La baja definitiva de ese ejército fue en novembro de ese año, fecha que jamás olvidaré...
A pesar de todo, la vida también me dio alegrías. Miriam decidió participar en un concurso de la elección de la Reina de Casa de Portugal de Villa Elisa y resultó electa, para más tarde obtendo el Reinado de las Comunidades Portuguesas de Argentina. Así, acompañando a nuestra hija regressamos a nuestra tierra después de treinta y sete años de ausencia. Entre los recuperados de ese viaje recordamos especialmente la atención recebida or la Dra. Manuela Aguiar, representante de las Comunidades Portuguesas, por quien fuimos muy bien recebidos. Todavía conservamos con mucho cariño los livros que fueron ofrecidos a mi hija en esa ocasión.
Tuvimos la suerte de poder realizar otras dos viajes mas a nuestra pátria, volver a encontrarnos con familiares y amigos, y disfrutar de todas las cosas bonitas que nos ofrece Portugal. Tengo ganas de ir nuevamente y tengo la ilusión de que mis nietos conozcan mi patria. Hay ocho años que, mi marido y yo, hemos colaborado en la Comisión Directiva de Casa de Portugal de Villa Elisa, Institución que agrupa e identifica a la colectividad portuguesa de Argentina.
Finalmente puedo decir que hoy tengo una linda família: marido, dos hijos, yerno, nuera y cuatro nietos, hermanos, sobrinhos y todavía mi madre de ochenta y un años; tengo también, muchos amigos que con cariño y alegría me acompañan en este desafió permanente que és "vivir"
Historia de emigració: Maria Violante Mendes Martins
Mi llegada a la argentina no fue voluntária, sino que mi madre me trajo sendo una niña de tan solo 11 años. Atrás quedaron mi família, mis tíos, primosy amigos , mi escuela (que estava cursando lá 4 clase); todo aquello quedo atrás; mi cerro del Calderón en Algarve conocidas , todo aquello que yo quería quedó atrás esperando volver alguma vez a mi Valle da Rosa, un pueblo que yo quería tanto.
Aquel día un 4 Julio de 1963, comencé aescribir la história de un emigrante más, como tantos que ya habían venido años atrás,y és por eso que despúes de quedar solita con mí madre ya que no tenía hermanos y mí padre pidió que nosotras viajáramos junto con él a lá Argentina. Yo como toda niña de 11 años, no sabía lo que era eso de ir pará-la Argentina, haja veía que mis tías lloraban, mis primos también, aquello parecía que nos íbamos a morri, sin. volver más, todo era uy triste.
Cuando llegamos a Lisboa, estaba asombrada de ver tantos autos y casas, para mi era todo una emoción nueva porque nunca habían visto una cuidad. Aquel día embarcamos y solo se veía muchas personas llorando, con pañuelos en las manos, pêro yo no entendía nada, soltamente tenía la ilusión de ver a mi padre outra vez.
Los días passavam, el barco se encontrava en alta mar y las personas comenzaban a sentirse mal , mi madre se enfermó y tenía que llevarle la comida a la cama, para mi era un juego bajar e subir las escalenas, hasta que un día llegamos a Puerto Santo , en Brasil, desembarcamos todos y fuimos a comprar bananas, nunca me olvidé de aquellas bananas que me hicieron tan mal el olor, que estuve 10 años sin provar una banana.
Pues mi historia es como lá de muchões inmigrantes.Llegamos a Argentina el día 19 de Julio de 1963, mi papá nos estaba esperando,y nos trajo a vivir para una casita prestada en la zona de Bosques. Él viajaba para el trabajo a las quatro de la mañana y regresaba a la boche; mi madre nos quedábamos en casa porque no sabíamos hablar y no conocíamos a nadie. A los pocos días comencé lá escuela en Bosque y despúes fuimos a vivir a Villa Elisa, a pocos kilómetrosde allí, donde terminé la escuela.
Mi padre se dedicó, entonces a la floricultura, ya que en Portugal era albañil, pero aquello de las flores andana más o menos bien y yo los ayudava. En la escuela fue donde comenzó aquello de que yo era " la portuguesa", pero como era pequeña no pensaba de que fuera algo malo para mi, aunque todavía hoy para algunas personas somos " los portugueses".
Me casé muy joven, solamente tenia 16 años, pero he sido muy feliz con mi marido que también és português, tengo 3 hijos muy lindos que la vida me dio. Tengo una hija de 21 años y dos hijos de 28 y de 3 años. El más pequeño (el de 3 años), lo tuve a los 43 años, que fue un milagro de vida para mi y para mi família , que están muy contentos y felices; he trabajado mucho con mi marido y con el correr de los años hemos visto el fruto del sacrifício, el cual estamos disfrutando ahorra con las pequeñas cosas que tenemos.
Mi deseo era volver a Portugal, y ya esta cumplido, viaje en el años 1992 con mi marido y mi hija Marcela, me gustó mucho volver despúes de tantos años , y volver a ver a mis primas y tías, fue cumplir una eñoranza. Pero sólo hay una cosa que yo siendo portuguesa no compriendo: por qué en Portugal somos los argentinos? Eso fue lo que me dolió en mi corazón, ya que parece que nosotros, emigrantes, no tenemos una identidad, somos argentinos en Portugal y portugueses en Argentina.
Ahora les voy a contar mi participación en las Asociaciones Portuguesas en lá Argentina, pues aquí es mi colaboración con "Casa de Portugal de Villa Elisa".
Casa de Portuga, es una casa como su nombre lo doce, es una Casa Portuguesa, en ella conviven muchos portugueses que eran vecinos y amigos en Portugal y otros que no se conocían, se conocieron aquí y comparten la mesa,el trabajo, la alegria de las fiestas sriempre hechas con mucha emoción, mucho esfuerzo y amor por nuestras cosas y nuestras Portugal.
Casa de Portugal, tiene muchos años en La Plata,pero aquí en Villa Elisa solo tiene 17 años. Fue una inquietud de un grupo de amigos y vecinos portugueses que se juntaron para ver se havia algo aqui enVilla Elisa, ya que la Casa de Portugal de La Plata estaba povo concurrida, entonces se pensó en formar un Centro Recreativo, anexo de Casa de Portugal. Las obras secomenzarian comprando una casa con árboles y mucho terreno, para poder hacrer un buen emprendimiento, y lo que había que hacer era trabajar ; és así quecomenzamos todos en Casa de Portugal y desde el día 4 de marzo de 1980 que existe esta casa.
Comencé con mi marido y mis hijos, conjuntamente con tantos otros a trabajar para el engrandecimiento de esta casa y para llevar bien. alto el nombre de Portugal a todos lados que tuviéramos que ir con nuestros hijos, será Día de Portugal o sea la llegada de autoridades portuguesas a la Argentina; allí estávamos todos nosotros con nuestros trajes típicos , con los niños vestidos a lá usanza portuguesa, para recordarles que somos portugueses, que estamos por el mundo esparcidos, pero que llevaamos a Portugal muy alto en nuestro corazón.
En este momento hace 13 años que soy presidenta de la Comisión de Damas de Casa de Portugal, y juntamente con otras damas hemos tratado de ayudava y colaborar en todo a la Comisión Directiva, sea en fiestas populares y comidas típicas, desfiles de moda o sea de apoyo cultural; de todo hemos hechas para esta asociación portuguesa. Puerto que comentamos con una vidriera como salón de fiestas y hoy tenemos un Hermínio salón para 1.0000 personas sentadas a comer, no ha sido poco lo que se trata de hacer para que las tradiciones y la amistad del portugés, formando estos clubes que en este momento hay 10 Instituciones em Argentina, todas hechas con el mismo sacrificio y dedicación para nuestra pátria y no perder los lazos de nuestra tierra.
En está historia no puedo dejar de agradecer a nuestros presidentes de la Institución, que tuvieron en cuenta el papel de la mujer portuguesa en la comunidad, ellos son: Sr. Dinis veigas, Presidente durante 10 años , y el Sr Analido Mendes Amaro, Presidente en la actualidad de Casa de Portugal; ellos son personas que se han preocupado por hacer participar a las mujeres en las decisiones y en los logros de la Institución.
Solo me resta decir, que la Casa de Portugal és mi segunda casa, que en ella encontré amigas y amigos compatriotas, que somos una família muy grande, compartimos las cosas bienais, pero también las que no son, pero la honestidad del português, lá rectitud y el valor por la amistad están bien altos.
Casa de Porugal en una família bien grande , y cada vez será más aun, para nuestros hijos y nietos.
María Violante M. Martins
LA LUSITANA
Uno de los días mas tristes de nuestras vidas sin duda alguna, hasta ese momento , fue el 9 de octubre de 1949 ( sin tener que ver nada la Argentina), sino la família de mi mamá que nos engano, menos mi tío Ricardo que nos mando decir no venga toda la família, le mando una carta de llamada para que venga Manuel solo (y la mando) y decía: “llega acá, si le gusta, llama a la família y si no le gusta vuelve, y es más fácil volver uno y no todos, acuérdese de que el nombre de Argentina há enganado a mucha gente, no sean Uds unos más”.
Mis otros tíos nos trajeron para hacernos trabajar en la tierra, cuando nos vieron arriba del barco se dijeron entre ellos “ no es gente para trabajar en la tierra”, así le dijeron a mis padres otros portugueses que estaban ahí. Eso significó que ellos no le creyeron a mi mamá cuando les decía cual era nuestra vida en Portugal; mi hermana vino com 2 año de Comercio aprobado, yo vine com el ingresso a la secundaria aprobado; mi hermano, que volvió a Portugal, había terminado la primaria y no quería seguir estudiando porque quería ser mecânico y así fue, el más chico vino com 7 años a la edad que se comenzaba la primaria; mi papá era panadero y mi mamá atendía la casa y nada más.
Mi papá fue el único que trabajó en la tierra por un tiempo, luego volvió a su oficio de panadero en la panedería “La Lusitania” , mi mamá cosió y bordó para la casa Beige en La Plata, aparte también particular, se recebió de Corte y Confección “Sistema Teniente”. Yo seguí estudiando, me recibí de Arte Decorativo y de Dactilógrafa, en 1996 me naoté en el Bachiller de Adultos y en 1999 lo termine.
El más chico hizo toda la primaria acá, no suguió estudiando y hoy se dedica al comercio.
Pero esto trajo las primeras desavenencias en la família, pues hicimos todo lo que no estaba en los planos de ellos al llamarnos.
Hasta que se enfermo mi mamá, nuestra idea era volvernos a Portugal, pero al saber que ella se quedaba acá, todos dijimos “se queda a maizinha nos quedamos todos”.
Pero es muy difícil la vida del emigrante, todo es distinto empezando por el idioma...
YO SOY UNA DE LAS TANTAS MARÍAS QUE EMIGRARON DE PORTUGAL
Mis padres me trajeron de mi Portugal querido a los cinco años. Llegue a la Argentina un 9 de Octubre de 1950 en el barco "Salta". Ese era su nombre. Yo la pase muy bien, para mi era como un paseo, jugaba, corría por todo el barco, claro todo era una novedad, habían muchos chicos y chicas, calculen eran 600 que emigraron para América, con todas las ilusiones de trabajar, de ganar plata y volverse a los 5 ó 10 años junto a sus familiares, porque era un momento muy difícil para Portugal
Yo con mis cinco años me habitué muy pronto a las costumbres argentinas. En marzo 1951 empecé primer grado. Como era pizpireta, enseguida aprendí a hablar castellano A mis padres les resultaba más difícil entender y hablar. Yo con mis cinco años comencé a hacer los mandados, iba al almacén, carnicería (me acuerdo que no llegaba al mostrador),y los doños me cargaban por mi forma de hablar
Mis padres se dedicaran al cultivo de flores. Los primeros tiempos trabajaran con un tío y luego se independizaron y Portugal cada vez lo veían más lejos.
Mi niñez fue bastante tranquila, ayudaba a mis padres y siempre soñaba tener un hermano. Cuando tenía 14 años mis padres hicieran realidad mi sueño, me dieran la noticia que iba a tener un hermanito,. Para mi fue el mejor regalo, me sentía su mamá, hoy en día lo siento como sifuera mi hijo mayor
Los sigo contando mi vida. A los 17 años empecé a bailar en un conjunto portugués, que ya pertenecía a Casa de Portugal, la sede se encontraba en La Plata. Me resultó un poco difícil convencerlo a mi papá. Era un hombre de costumbres antiguas, creyó que traídas de Portugal, pero era tanto el sentimiento que accedió, Duró mas o menos dos años y hasta llegamos a bailar en un programa televisivo que mostraba bailes típicos europeos.
Llegó la etapa de tener novio, mis padres me levaban a distintos clubes. En uno de eses bailes llego mi príncipe portugués, era un dos chicos que vino conmigo en el barco, las vueltas de la vida nos volvían a juntar. Hoy es mi esposo,, el padre de mis tres hijos. Seguimos nuestra vida trabajando en el cultivo de flores. Al año e medio de casada nació la primera hija, las cosas se complicaron un poco, ya que en ese intervalo tuvimos dos perdidas importantes (en nuestro trabajo) que nos dejó casi sin nada, dos temporales de granizo y piedras nos destruyen casi todo). Mi marido quedó muy triste y desilusionado, pero Díos nos dio fuerza y continuamos
A los años buscamos nuestro segundo hijo, e cual no fue la sorpresa el día del parto, eran dos varones, por suerte muy sanitos.
En ese momento las cosas se complicaron un poco mas, éramos una familia numerosa, con dos bebes, que no llevaban muchas horas de cuidad. Fue entonces cuando decidimos mudarnos, más cerca de comodidades y cambiar nuestro rubro laboral. Pusimos un negocio para que mis hijos pudieran seguir sus estudios con más facilidad. Mis hijos fueran creciendo y logramos darle un estudio, hasta que mi hija mayor se casó. Y fue ese momento, después de 45 años, que pudimos cumplir nuestro sueño de volver a Portugal. Fue muy emocionante al ver a mi marido abrazar a su abuelita de 96 años, recuerdos que jamás olvidaré, al igual que volver al lugar donde nací y abrazar a mis tíos y primos.
Después llegaron los nietos, primero Melisa (ahora 12 años), luego Mateo (ahora 8 años), que me llenaron felicidad, pero lamentablemente la vida nos da y nos quita, en ese tiempo sufrí dos perdidas muy importantes, primero mi papá y los dos años mi mamá.
Luego se casó uno de los melli hace 4 años El otro melli formo pareja y me dio otra nietita, ahora con 4años.
En estos años y siempre con este sentimiento tan fuerte hacia mi país, tuvo la necesidad de dejarle una pequeña herencia, pero para mi muy importante, a mis hijos, que fue la nacionalidad portuguesa para los tres. Cual fue mi sorpresa. que ya teniendo mis dos nietos, Melisa y Mateo, mi yerno se quedó sin trabajo y decidieron probar suerte en Portugal, estuvieron un año y medio y vendo que no se podían adaptar se volvieron. Pero por suerte durante ese periodo tuvo la oportunidad de volver a mi tierra querida para ayudar a mi hija que estaba sufriendo mucho el desarraigo. Y… la historia se repetía (también yo había vivido con mis padres cuando recién llegados a Argentina)
Durante ese año y medio uno de mis hijos que vivía ilusionado con conocer el país de sus padres, viajo cumpliendo dos objetivos, el de pisar la tierra de sus raíces y abrazar a sus sobrinos.
Mi otro hijo también tiene alma de inmigrante. Viajo a Portugal, conoció también la tierra y se instalo en España a trabajar, luego volvió, se fue nuevamente, pero siempre regresa a su tierra, será su destino.
Esta es la historia de mi vida, y si alo tengo claro en mi mente, es que me siento orgullosa de ser portuguesa, nuestra colectividad tiene cabida en cualquier lugar que nos encontremos. Poder tener amigos argentinos que no nos hagan sentir diferentes, es lo más preciado, por lo menos para mi.
Ahora con mis sesenta y pico solo pido tener salud junto a mi marido, hijos, nietitos, nueras y yerno.
Sentir la amistad de la “Mujer Migrante” es importante también para mí en esta etapa de mi vida, pues esta asociación me hace sentir que podemos luchar por algo o por alguien, ya sea con apoyo económico o moral a nuestros compatriotas mas necesitados, que es el don mas preciado que Díos nos dio como seres humanos.
Con estas palabras me despido y agradezco a quién haya leído: LA HISTORIA DE MI VIDA
Gracias
Maria
ADRIANO DIZ Y ADELAIDA ALVES
Esta es la historia de Adriano Diz y Adelaida Alves, mis padres, dos portugueses que vinieron a Argentina en 1934 y 1939, respectivamente. Pero como todas las historias esta tiene un comienzo.
Adelaida y Adriano nacieron en Monção de Minho, ambos en 2016. Un día, dieciséis años mas tarde, sus destinos se cruzarían para siempre. Ella volvía del molino y él de las canteras de su padre, él con las herramientas en el hombro y ella con en cuenco de harina sobre la cabeza, se miraron y ela la dijo a una amiga que la acompañaba: “Qué lindo muchacho, lástima que le falta un ojo!”
El la escuchó y pensó que nunca más iba a poder encontrarla. Sin embargo, al poco tiempo, volvieron a encontrarse en una feria del pueblo. Casualmente, a ella se le habís perdido algo y é, atento, lo encontró e se lo entregó, así comenzaron a conversar. El iba al pueblo a verla todas las semanas. Pías era el pueblo de mamá y Cambezes el de papá, qie iba saltando las acequias con los zapatos en la mano para no ensuciarse pantalones ni zapato. Eses encuentros duraron mueve meses pero fueron suficientes par que se enamoraran para siempre.
Un día a papá le llego al llamado de un hermano que ya vivía en Argentina, Antonio, que lo invitaba a venir, para que lo ayudara en el trabajo.. Mi padre fue a contarle a su novia que esa era la oportunidad para poder hacerse un capital y poder oferecerle a ella algo mejor, aunque estaba muy seguro. Para ese entonces mi madre trabajaba en la casa de los propietarios de una finca en tareas de labranza y él seguía trabajando en la cantera sin posibilidades de progreso. En realidad, si bien el viaja hacia estas tierras era una oportunidad, la inseguridad de mi padre radicaba en que mi madre, al estar separada de él, podría enamorarse de otro y así se lo dijo. Ella le aseguró que esperaría su llamado o su regreso.
Adriano se vino al país y Adelaida quedó esperando en Portugal. Pasaron cinco años, él arreglaba casas que compraba su hermano, cobrando luego el alquile por las habitaciones. Ella seguía trabajando la tierra y desoyendo ofertas de otros pretendientes que fueran apareciendo, hasta que un día, recibió la carta de papá en donde le mandaba el pasaje. Así se embarcó en un barco de bandera francesa, del que hoy no recuerda el nombre, junto con un hermano de Adriano, y su esposa, que no la dejaron sola.. Por fin, llegaron a Buenos Aires el 18 de julio de 1939. Adriano la estaba esperando junto a su familia,
Me lo imagino vestido de punta en blanco, con su sombrero, traje y unos bigotes a la usanza que lo hacían mayor de lo que era y que mi madre no había conocido en él. Por eso, al asomarse por la borda y ver que la saludaba con el sombrero por el aire, le dijo a los cuñados: “Ese no es mi Adriano”
Tanto es así que mi madre traía de regalo para papá un reloj de cadena que el le había pedido y mi madre le gritaba que se lo tirara, ella no quería por miedo de que él no fuera Adriano. La insistencia de mi padre y las palabras de los cuñados hicieron que accediera y le arrojara el regalo. Al recibirlo fue para el como tenerla en sus brazos, me contaría luego.
Ella fue la última a bajar. Una valla la separaba de mi padre y su familia. Se saludaron, pero un comisario de bordo la estaba esperando para acompañarla al Hotel de inmigrantes del que no debía salir hasta estar casada. Pero el tío Antonio tenía otros planes.
la limpiando y administrando esos cuartos..Más tarde mi padre intentó otros trabajos, asociarse con otros inmigrantes en el rubro gastronómico, empleado de garaje lavando autos y así se fueron haciendo su patrimonio, de día construyendo su casa en el barrio de Saavedra, Vigila y Pintos, y de noche trabajando y ella acompañándole siempre, gastando lo menos posible y ahorrando todo cuanto pudieron.
Yo ya había nacido en 1941, un 14 de noviembre, única hija porque los hijos eran un lujo que no podían darse. Recuerdo que un día yo enfermé de apendicitis, tenía cuatro años y estaba internada en el Hospital de Niños, al poco tiempo se me declaró una hepatitis. Un medico amigo de mi padre que había logrado verme en el hospital, le dijo a él que me sacara de allí porque me estaba muriendo. Mi padre entró por fuerza, empujando a unas monjas, en la sala, fuera del horario de visitas, me alzó y envolviéndome con las mantas de la misma cama me sacó des hospital, mientras los médicos y las enfermeras lo corrían. Por segunda vez, tomó por derecho lo que le pertenecía como ya lo había hecho con mi madre. Esto lo pinte de cuerpo entero.
La vida continuó, yo me casé y tuvo un hijo. Mi padre vendió la casa de Saavedra a instancias de mi madre y hoy, cincuenta años después, estoy escribiendo esta historia. Mientras tanto mi padre con sus 91 años sigue soñando con regresar a Portugal
HISTORIA DE VIDA DE MIS PADRES
Mi papá nació el 19 de abril de 1922. Eran cuatro hermanos y fue el único que se vino a la Argentina. Un solo hijo era del matrimonio. Los otros tres no conocieron a su papá, eso fue todo un misterio en el pueblo, ya que tienen el apellido de la mamá. Eran los más pobres del pueblo… Una vida tan triste, pasaron mucha hambre, vergüenza. Le gustaba leer y fue a la escuela descalzo. De muchachito se fue a trabajar a la ciudad de Porto, de pedrero.
Mi mamá nació el 26 de julio, una mujer de carácter fuerte, pero de buen corazón. No sabe leer, ni escribir. Dice que no pasaba hambre y acompañaba al papá a la feria para vender todo lo que cultivaban. Se fue también de muy chiquita a trabajar a Porto, una niña muy independiente y decidida a pesar de sus 12 años. Después de unos años conoció a mi padre en esa ciudad. Mi papá trabajaba de pedrero y albañil, mi mamá trabajaba en una quinta y vendía lo que cultivaba en un Plaza, después era la sirvienta de los patrones, toda una vida de trabajo “esclavo”.
Mi papá se vino a la argentina en el año de 1950 por medio de un amigo del pueblo que le consiguió trabajo en un horno de ladrillos. Mi mamá se quedo y siguió trabajando duro para juntar el dinero para seguir mi papá, por esa razón luchó contra toda su familia porque no querían que se venga y por eso es la única que esta en argentina. Ella tenía primos en Uruguay y en 1953 vino en barco allí con carta de llamada de mi tía. Como se tardaba mucho en llegar, ella trabajó en el barco. Una vez llegada a Uruguay estuvo en la casa de mi tía trabajando tres meses para acabar de pagar el viaje e ir al encuentro de mi papá. Él no sabía cuando iba a llegar ella, ni ella sabía como iba a reaccionar él y si no tendría otra novia. Al puerto llegó sola sin saber leer y hablar el idioma, solo con una carta con una dirección de Rafael Castillo. Llegó a la estación y ahí preguntando se encontró con unos amigos de mi papá que la acompañaron hasta el lugar donde el estaba. Este matrimonia tenía tambo y la propusieron a mi mamá que trabajara allí, da a poco fueron organizando el casamiento, el cual se llevo a cabo en la Iglesia de Rafael Castillo. Mis papás cuando se casaron no tenían nada, por ello trabajaron y se sacrificaron para ahorra dinero para poder comprar un lote en Isidro Casanova.
En 1954 nací yo y en el terreno habían construido con sus propias manos un local grande. Mi papá
Dejó de trabajar en el horno para poner junto a mi mamá una despensa y un bar y así salieron poco a poco adelante.
En 1956 nació mi hermana. En Casanova vivimos años muy duros, de muchísimo trabajo. Era un matrimonio muy fuerte, mi papá era callado, llorón, melancólico, con una historia de vida que lo marco muchísimo. Mi mamá, con un corazón muy bueno, pero con carácter muy fuerte para poder defenderse ya que no sabía leer ni escribir, pero no números (plata) la conoce muy bien para poder vender y comprar. La vida le enseño a defenderse y por eso siempre tiene una contestación para dar.
En 1960 mi papá volvió a un horno de ladrillos entre Merlo y Mariano Acosta, alquilaron lo bar y la despensa y luego de andar viajando de un lado a otro nos fuimos a vivir al horno Yo tenía 9 años, pero los años mas duros vinieron después, ya que mi papá tenía épocas en las que bebía muchísimo, era una persona con un dolor muy grande en el corazón ya que no conocía la procedencia de su origen (padre). Decía que si conocía a su papá lo iba a correr a piedrazas y a su mamó no la volvió a ver más.
En 1966 nació otra hermana y en el horno mi papá en esa época ya era socio junto con otros, cinco hermanos. Mi papá se encariño mucho con eses muchachitos y con su mamá, que también eran portugueses. Luego se fueran casando con muchachitas portuguesas, algunos por poder, otros in Portugal y otros en Argentina, entre estos estoy yo. En estos años maravillosos vinieron los hijos, entre todos había 22 chicos que se criaron juntos. Todo tan lindo, eran puras emociones, nos divertíamos mucho en las fiestas, las comidas tradicionales, haciendo el vino, la grapa, las carneadas, los chorizos,.Compartíamos todo, disfrutábamos de todo lo bueno y afrontábamos las cosas malas que nos tocaba vivir. Desde el año 1965 hasta el año 1989, compartíamos el trabajo, día a día, éramos una grande familia, nos solidarizábamos unos con otros, era un horno de ladrillo ejemplar
El sueño de mis padres fue ir a Portugal junto a su familia, sus tres hijas. Dos ya estaban casadas, por eso tuvieran que dejar sus esposos e hijos y la menor .El viaje fue el regalo mas lindo, la emoción mas grande, no se puede explicar lo que fue ir a Portugal en el año 1980, fue muy fuerte, un regalo de la Embajada para mis papás. La emoción, la alegría de pisar la tierra de mis papás, y la de mi esposo. “El sueño de mis padres”. Fue involucrarme, inolvidable conocer la a las familias de las que tanto había oído hablar y recorrer los lugares donde ellos habían nacido, vivido y sufrido, a la vez.
Mis papás disfrutaron de sus tres jijas, sus tres yernos, sus doce nietos, y sus dieciocho biznietos (algunos mi papá no llego a conocer), toda una familia maravillosa. Gracias a Dios.
Mi papá dentro de mi corazón desde 1987, mi mamá esta dentro de mi corazón junto a nosotros
Maria Isabel Crespo
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