Rituales Peligrosos
Ana María Cabrera
“Rituales Peligrosos” es la novela por la Paz.
La historia comienza en Buenos Aires, Argentina. Laura es una mujer de
alrededor de cuarenta años que decide viajar a los Estados Unidos de
América sin saber por qué. Divorciada, con un hijo, que como tantos otros,
decide irse del país en búsqueda de un futuro mejor, la mujer sufre un
insoportable vacío. “Todo le daba igual. Caminaba por las calles de
Buenos Aires como una autómata. Ni siquiera podía percibir su inseparable
desolación.
Volvió a la casa. Se desplomó en el sofá del living. Tenía sobre ella un
futuro sin para quién, sin para qué….
“Porque yo, yo no sé quién soy. Pasé cuarenta y cinco años para ser hija
obediente, alumna esmerada, profesora eficiente, mamá abnegada, mujer
desolada…¿Y ahora qué? ¿Qué quiero para mí?
¿Quién soy?”
Y Laura se va a un mundo distinto llevada por un insoportable vacío. Es la
mujer cuya voz se ha perdido en todo lo que la rodeaba: padres, marido,
hijo, profesión… Sin saber muy bien cómo emprende el camino hacia la
búsqueda de sí misma.
Sin analizar las causas llega a los Estados Unidos de América llevada por la
invitación de un amigo y colega norteamericano. Aterriza en Los Ángeles.
“Laura permanecía en silencio asombrada por la amplitud del espacio.
Observaba.
Freeway. Autopistas perfectas, limpísimas, asépticas…pero sin gente. Sólo
automóviles de todas las marcas, de todos los tamaños. Soledad de
empujones, de bocinazos, de baches…
Miró para un lado y para el otro. Todo era parejo, perfecto. Entraba a la
armonía programada del Primer Mundo.”
En la casa de los padres de su amigo Bob permanece tan sólo quince días.
Raúl, el padre es argentino y la madre mejicana. Dos mundos en
California. Raúl, como tantos otros compatriotas, idealiza el Buenos Aires
que dejó. Letras de tango, la bohemia de la calle Corrientes con las
librerías día y noche abiertas, los escritores en los tradicionales bares, las
luces de los teatros de revistas…
De modo vertiginoso y sin saber muy bien por qué a las dos semanas
Laura se muda con Sandy, la hermana de su amigo Bob. Ella es quien le
muestra por primera vez el mundo de Hollywood y Beverly Hills. Conoce la
Universidad de California-Los Angeles. Allí sí se siente en su casa. El
mundo de la cultura la contiene. Pero algo siempre la estremece. Tiene
miedo pero no sabe de qué ni de quién.
Se muda al apartamento de su nueva amiga. Al lado vive un hombre. Es
alto, pecoso, con cara de niño travieso y bueno. Laura se deja llevar. Al
poco tiempo ya vive con él. El hombre trabaja, cocina, la peina, le da de
comer en la boca. Le compra la ropa que tiene que usar. La lleva a Long
Beach a bailar country. La lleva de la mano a Disneyland. Ella se deja
amar. “Los Angeles, a lo lejos Hollywood…Me duermo entre sus
brazos…Soy Cenicienta y Blanca Nieves…El beso del Príncipe Azul…Estoy en
otro mundo. La vida es Disneyland.”
Y así, sin conocerse ni conocerlo Laura se casa. El la cuida, la mima….pero
se emborracha, se droga….comienzan los maltratos. “Con incontenible
placer cortaba la carne. Con las manos sucias de sangre arrinconó a Laura
contra la pared. El mortal frío de la cuchilla en la garganta de la mujer.
-Please, Don, please.-suplicaba llorando.
Los minutos se hacían siglos hasta que, nunca supo por qué, la soltó….Don
le pedía disculpas. Lloraba.
-No tengo perdón de Dios. Maté a mucha gente en la guerra de Vietnam.
Sí, yo estaba en un helicóptero con una ametralladora-no sé a quienes
asesiné. No merezco vivir…..
El hombre ya no podía escucharla. La botella vacía estalló contra la pared.
Necesitaba más. Al encender un cigarrillo de marihuana se fue calmando.
Entraba en un ensueño. El recuerdo de la guerra ya se podía soportar. Él se
durmió. Ella, no. Todo daba vueltas. Entre luces y sombras…..”
Ese mundo de contradicciones la va enfermando. Ayudada por Kathy
Rose-Mockry, directora del Centro de Estudios de la Mujer de la U.C.L.A.
huye de su casa. Va a un “shelter” donde empieza su recuperación. Ella
siente el miedo a la soledad de estar sin su hombre. Intenta regresar a su
trabajo y estudio en la Universidad pero es atacada por Don. Interviene la
policía. Todo es vergüenza y confusión hasta que regresa a Buenos Aires.
Su país vive años difíciles. Empieza a trabajar donde puede. A pesar de
tanto éxito en su profesión sólo consigue algunas clases a domicilio y
repartir volantes en una esquina. Pero se tiene a sí misma. Poco a poco
vuelve a sonreír pensando: ”Ojalá que después de tanto llorar mis ojos
hayan que dado límpios…..para poder ver a un ser sensible y fuerte al
mismo tiempo.
“Rituales Peligrosos”. Cabrera, Ana María. Ediciones Felicitas, Buenos
Aires, 2014. (e-mail: felicitasguerrero@yahoo.com.ar
anamcabrera23@gmail.com
Facebook: Felicitas Guerrero
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